
Mortuoria
La barcaza que desde tiempos antiguos al mundo recorre, llegando a la modernidad, en manos de la mágica ciencia y tecnología de principios de siglo veinte, para 1908, transformada había sido con el mismo propósito.
Caronte; de barquero, remero, bogador, palero a chofer, conductor, pasaría.
¡Grande la transformación!
A la orilla de la calle o de la ribera, entre pastizales, un sigiloso, astuto y despiadado zorro, a fantasmal ratón acecha.
¡Qué dilema!
Entre las fauces de un zorro y las ruedas de modernas carrozas mortuorias, debe el pálido y atemorizado ratón; encontrar una solución salvadora de vida. ¡Su vida!
***
Relato en 99 palabras, sin contar el título, para ‘Escribir Jugando Noviembre‘ desde:
No me gustaría encontrarme en la tesitura del pobre ratón. Muy buen dilema el que nos planteas con tu micro, Nevel.
Muchas gracias por participar en el reto.
Un abrazo y hasta pronto.
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