Dos morales para los hechos de Bolivia y Venezuela*

Río San Juan. Cumaná. Sucre. Venezuela.
Foto: Entre Morrocoyes, Camaleones y Especuladores.

*Por Argenpress (18/01/03)

El periodismo mundial, particularmente la CNN, los medios monopólicos, los comprometidos con los factores de poder, miden de diferente manera los hechos de violencia en Bolivia y Venezuela.

Ya son entre 12 y 14 los muertos en Bolivia a raíz de las movilizaciones crecientes de campesinos, indígenas y cocaleros. No cabe duda de que fueron las fuerzas del gobierno quienes abatieron a los manifestantes.

Para un día de luto son muchas las victimas ¿Es una dictadura el gobierno de Bolivia? ¿Si los muertos hubieran sido en la Venezuela de Hugo Chávez ya se lo habría tildado de dictador, criminal y tirano? Hay una doble moral para medir estos hechos y la prensa internacional se hace la distraída frente a estos sucesos.

En Venezuela, Chávez enfrenta una verdadera insurrección, un golpe de estado que cuenta con el apoyo de grupos petroleros, empresarios, burócratas sindicales, del clero reaccionario –el Opus Dei– y megaempresas como las petroleras norteamericanas EXXON y la Philips.

Se lo acusa a Chávez de ser «castrocomunista» y dictador, pero los tres poderes funcionan normalmente y no se puede sostener que no hay libertad de prensa. Es cierto que en Venezuela se está incubando una guerra social, un enfrentamiento entre los pobres y los ricos, y en este caso el petrogolpe no puede producirse porque el Ejército apoya la legalidad constitucional.

Lo de Bolivia es una explosión social que se viene advirtiendo desde México hasta Tierra del Fuego. Hay insurrecciones campesinas en México, en el nordeste brasileño, en Perú, Ecuador, Paraguay. Los mapuches están organizándose en Chile y luchan por sus reivindicaciones sociales y culturales.

Los que manifiestan hoy en Bolivia son grandes masas humanas, indígenas, campesinas y pobres, con sindicatos combativos y organizados en movimientos sociales y un partido político, individualmente el mayoritario del país, el Movimiento al Socialismo, que conduce el cocalero y diputado Evo Morales.

El gobierno de La Paz, encabezado por Sánchez de Lozada, de orientación conservadora, pudo obtener la primera magistratura por el apoyo parlamentario de un grupo socialdemócrata, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), de muy lejana actuación guerrillera y hoy adherido al sistema dominante, aunque muchos de sus votantes creen estar sufragando por los ideales de los años 60 y 70.

Pasa lo mismo en la Argentina con el voto peronistas, muchos creen que votan al partido de Perón y Evita y lo hacen por Carlos Menem, Alvaro Alsogaray, el Almirante Isaac F. Rojas y la desnacionalización de las empresas.

Los medios, entonces, consideran que es legal matar doce o catorce campesinos en Bolivia y si ocurre violencia en Venezuela y los sectores golpistas son alcanzados por balas de goma o gases, entonces se magnifican los hechos y resulta que Chávez forma parte del «eje del mal».

Diez meses han durado las mentiras de la televisión venezolana de Gustavo Cisneros, de allí pasan a la CNN que reproduce las películas y los diarios latinoamericanos como «El Mercurio» de Chile o «La Nación» de Buenos Aires, engañan a sus lectores.